La harina refinada puede ser muy mala para nuestra salud. Presente en casi todas partes (productos horneados, snacks procesados, bases de pizza o incluso en algunas salsas), a menudo tendemos a subestimar las peligrosas consecuencias que puede tener en nuestro organismo.

La harina blanca es sometida a un proceso en el que se eliminan la mayoría de los aspectos nutricionales del trigo. Durante este proceso también se pierden vitaminas y minerales, ya que se utilizan químicos blanqueadores para que la harina adquiera ese color brillante.

Este tipo de harina puede provocar problemas digestivos (hinchazón estomacal e intestinal) y estreñimiento. además, es asimilada mucho más rápido por el organismo, que la convierte en grasa. Alergias, inflamación, artritis, problemas cardíacos y diabetes son otras condiciones asociadas a este producto.

Por suerte, existen productos naturales que nos permiten sustituir la harina blanca, y prevenir todos los problemas de salud.

  • Harina de coco
    Aunque no es una harina, al no estar elaborada a partir de trigo ni de frutos secos, se puede utilizar en sustitución de la harina blanca. Rica en fibra y proteínas, también contiene grasas saludables que favorecen la salud del cerebro. Contiene pocos azúcares y calorías, y tiene carbohidratos digeribles.
  • Harina de trigo sarraceno
    El trigo sarraceno es una semilla que procede de la planta del mismo nombre. Rica en vitamina K, ayuda a mejorar la salud de la sangre. También mantiene bajos los niveles de glucosa en sangre, ayudándonos a prevenir la diabetes.
  • Harina de almendras
    Tiene una consistencia similar a la del azúcar granulada, y se obtiene moliendo almendras crudas. Tiene numerosos beneficios: reduce el colesterol y el riesgo de sufrir enfermedades cardíacas y accidentes cerebrovasculares. Es una gran fuente de magnesio, rica en fibra y grasas poliinsaturadas.